jueves, 15 de diciembre de 2011

Maternidad Hospital Barros Luco

Hace algo más de un año que, viendo algunas fotos por internet, di con este edificio. Le comenté a mi hermano y en un comienzo nos preocupó la accesibilidad al mismo. Después de unas semanas de meditarlo, tomamos el metro y nos fuimos a tantear terreno.

El edificio resulta imponente: consta de 3 plantas superiores y una bajo el nivel del suelo. La accesibilidad es casi nula: ventanas con protecciones metálicas o tapiadas, puertas bloqueadas con objetos pesados, cerrojos, cadenas, etc. Sin embargo, para la fecha en que visitamos el edificio, había una entrada recién derribada, a través de la cual pudimos acceder fácilmente. Dicha entrada se encuentra hoy completamente cerrada por ladrillos y cemento.

Accedimos inmediatamente a un oscuro y húmedo pasillo de la planta subterránea. Es impresionante el frío y la oscuridad percibidas allá abajo. Entre la penumbra, descansa una antigua y pesada puerta metálica.


Inmediatamente al frente, hay una habitación que era usada para almacenar las fichas clínicas de las pacientes. En ella destaca el incesante sonido de una gotera (proveniente de alguna tubería rota del piso superior) que cae sobre las antiguas fichas, amenazando con borrar por completo las historias médicas que allí están escritas.


La gran mayoría de dichas fichas, pertenece a pacientes fallecidos.


Unos cuantos metros más allá, dimos con otra habitación, también arrasada por el lento pero constante caer del agua



Avanzando por el pasillo, la cosa se pone cada vez más poco iluminada. Damos luego con una serie de habitaciones que contienen gran cantidad de material ginecológico: fórceps, instrumental para laparoscopías, espéculos, jeringas quirúrgicas, legras, tijeras quirúrgicas, monitores para los latidos del bebé, etc.


Seguimos camino. Más allá, más habitaciones, aunque mucha de ellas casi vacías.



Alguna que otra habitación repleta de cajas con pastillas anticonceptivas, dispositivos intrauterinos, etc...




Seguimos avanzando en la penumbra... y... sorpresa!!! Tamaño susto que nos pegamos!!! En el suelo, alcanzamos a divisar una figura antropomorfa... de tamano real... que entre la oscuridad da la impresión de ser un cadaver. Ya con la luz de la linterna, uf!!! solo un muñeco de espuma y cordeles. Quien quiera que lo diseñó, quiso matar de un susto a cualquiera que quisiese entrar en el edificio.


Superado el susto, nos prestamos a subir a la primera planta.


Allí, otro largo pasillo, aunque mucho más luminoso. En uno de sus extremos: una puerta en arco.


Abrimos la puerta. Ante nuestros ojos, una enorme habitación en buen estado, llena de fichas médicas: en las mesas, en los estantes, en el suelo.



Cerros de archivos... y algo que nos produce una extraña sensación: todos ellos pertenecientes a personas fallecidas. En la primera plana de cada una de las fichas, en rojo y con mayúsculas: FALLECE, y una fecha.

Continuamos viaje. Pasamos por varias habitaciones, con pequeñas cunas, camas de parto, colchones.



Más habitaciones, ahora de carácter administrativo.



En una de las paredes: un citófono descolgado.


Doblamos a la izquierda. Nos topamos con la sección Embarazo de alto riesgo.


Las habitaciones albergaban todo tipo de instalaciones, entre las cuales pueden distinguirse: un pequeño casino, un auditorio para cátedras médicas, y una sala donde se guardan camas en buen estado.


Por el pasillo, nos nencontramos con un enorme monitor, seguramente para ecografías.


Más maquinaria médica antigua.


Más habitaciones


Un sillón... quizá el que usara algún médico de turno cuando el cansancio le agobiara.



Utilizamos las escaleras de barandas de hierro forjado, para acceder a la 2da planta. Otro pasillo.


A través de este accedemos a la zona de los antiguos quirófanos. Uno al lado del otro, intercomunicados a través una pequeña puerta y una ventanilla.


Salimos del área antiguamente estéril, y hoy completamente lo contrario..., para toparnos con otro pasillo.



Al fondo: una habitación soleada.


Subimos a la 3ra y última planta. Este debía de ser el área de los neonatos. Todas las habitaciones tenían motivos infantiles en las paredes, algunos en mejor estado de conservación que otros. De vez en cuando, en los pasillos, una flecha que decía: Niño azul (utilizada seguramente para indicar el lugar de filmación de las escenas de la película del mismo nombre, que fue filmada allí poco después del abandono del complejo)


En todos los edificios de maternidad de los centros de salud pública, pueden encontrarse en las paredes numerosos mensajes dejados allí por las parejas de las parturientas, durante las largas y angustiosas horas de espera que anteceden al maravilloso momento de convertirse en padres. Uno de dichos mensajes nos pareció conmovedor:


Finalmente, desde fuera del edificio, puede verse una vieja y oxidada caldera.


Y así terminaba nuestro viaje...